Las obras “desbordan” el río Gobela
Santiago Canales
En junio 2008, tras
días de fuertes precipitaciones, el río Gobela se desbordó provocando
inundaciones en la zona del polideportivo de Fadura, en Algorta, y otras zonas
de Getxo, como las zonas de Neguri próximas al río. Algunas zonas de Leioa,
como el parque del hotel Artaza y los alrededores del Puente de la Avanzada,
también se vieron afectadas. Desde entonces, evitar los desbordamientos del río
Gobela se ha convertido en un reto para el ayuntamiento.
Desde entonces, evitar los desbordamientos del río
Gobela se ha convertido en un reto para el ayuntamiento.
Tras las inundaciones de 2008 nació la Asociación de
Afectados por el Río Gobela. Desde entonces, la asociación ha reclamado al
ayuntamiento y a otras instituciones vascas un plan para encauzar el río y
evitar nuevas inundaciones. Además, llevan un blog, con múltiples
contenidos relacionados con el río, y un perfil de twitter que utilizan
para alertar a los vecinos sobre posibles inundaciones, previsiones
meteorológicas, etc…
El año siguiente, la Agencia Vasca del Agua, URA, inició
unas obras de carácter urgente en Neguri y Salsidu a fin de aliviar el efecto de los
desbordamientos del río. Si bien las obras, que se retrasaron por el cambio de
dirigentes en URA con el cambio de gobierno autonómico, aliviaron los efectos
de los desbordamientos del río, no terminaron de solucionar el problema
arrastrándolo hasta hoy día.
Las obras no terminaron de solucionar el problema
arrastrándolo hasta hoy día.
Estas obras fueron las primeras fases del Proyecto de Acondicionamiento
Hidráulico y Recuperación Medioambiental del Río Gobela. Según el ayuntamiento
de Getxo. Según reza el
documento, el plan tiene como objetivo “solucionar los problemas de capacidad
hidráulica del último tramo del río Gobela antes de su salida al mar en el
municipio de Getxo y mejorar la integración en el medio ambiente”.
Las obras para la tercera fase del plan sean quizá las más
ambiciosas. Estas obras afectan al tramo comprendido entre el Aliviadero de
Valdés y el puente de la Avanzada, conocido como tramo Errekagane. Estas obras,
que empezaron
el 21 de enero de 2013, consisten en el derribo de los edificios de techo
plano en estado semiruinoso del Aliviadero de Valdés, la ampliación del caudal
del río, descubrir parte del río que pasa subterráneamente por esa zona y la
reordenación de los servicios de abastecimiento subterráneo (luz, gas,
teléfono, instalación hidráulica…).
Esta tercera fase cuenta con un presupuesto de 14 millones
de euros.
Esta tercera fase cuenta con un presupuesto de 14 millones
de euros. Tiene un plazo de 30 meses, separados en dos tramos. El primero,
desde el Aliviadero de Valdés hasta la Avanzada, está previsto para un plazo de
18 meses y se encuentra actualmente en obras. El segundo tramo comprende desde
la Avanzada hasta el puente de Leioa y debería completarse en 12 meses. Se
trata de una obra que abarca 762 metros del recorrido del río Gobela de los
cuales aproximadamente 200 se encuentran cubiertos actualmente. Tan solo entre unos
80 o 90 metros quedarán cubiertos cuando las obras finalicen.
De este modo, las obras conllevarán una redistribución del
espacio público, afectando de manera especial al tramo de la calle Errekagane. Según
Landa, alcalde de Getxo, se va a habilitar una zona peatonal con arbolado y entradas a los garajes del
Antiguo Golf, una urbanización y centro comercial que se encuentra en la calle
Errekagane a uno de los lados del río. La agencia URA ha subido a Youtube un
vídeo que muestra el aspecto de la calle tras las obras.
Acuerdo con los jóvenes del gaztetxe
En uno de los edificios de techo plano situados en el
Aliviadero de Valdés se encontraba el Gaztetxe Itzulbatzeta. Los jóvenes del gaztetxe alcanzaron un acuerdo
con el alcade, Imanol Landa, antes de que el edificio que utilizaban fuera
derribado. El ayuntamiento de Getxo cedió a los jóvenes una casa en el barrio
de Romo pero con unas limitaciones acústicas. Entre ellas se encuentran la
prohibición de hacer fiestas o de que ensayen bandas musicales. El acuerdo
contempla la vuelta de los jóvenes a un lugar situado en la zona siempre que
cumplan el acuerdo durante su estancia en Romo.
Polémica entre los vecinos
Sin embargo el proyecto ha generado polémica entre los
vecinos. Enrique Ordieres vive al final de la calle Errekagane, el tramo del
río Gobela que pasa por al lado de su casa quedará cubierto tras las obras.
Sufrió las inundaciones de 2008 que todavía recuerda como un fastidio. “Mi familia
y yo tuvimos suerte”, reconoce, “sacamos el coche y las cosas del garaje unos
días antes por las previsiones y aún así
todo quedó hecho un desastre”, añade. Ordieres relata cómo hubieron de
estar pendientes durante días por si el agua alcanzaba su casa o su portal. “Es
una situación muy incómoda y peligrosa”, comenta, “Hay que arreglarlo como sea”.
Ordieres no muestra demasiado entusiasmo con las obras pero asegura que son
necesarias si con ellas se evitan las inundaciones. “Es lo mejor para todos”,
sentencia.
“Hay que arreglarlo como sea”
En el extremo opuesto de la calle Errekagane vive Ignacio
Goyoaga. El tramo del río que pasa por al lado de su casa quedará descubierto. Goyoaga
no está conforme con cómo quedará el río frente a su casa. “Entiendo que hay
que hacer algo para parar las inundaciones pero no es justo que descubran el
río a unos sí y a otros no”, comenta. Los olores, el ruido de las obras y las
vueltas para cruzar al otro lado son algunas de las cosas que preocupan a los
vecinos de su bloque, que han empapelado sus terrazas con pancartas contra el
descubrimiento de esa zona del río. “solo pedimos que nos dejen la zona como ha
venido estando hasta ahora”, explica, “Además no entendemos que unos tengan su
zona cubierta y otros no”, añade.
"No es justo que descubran el
río a unos sí y a otros no”
El futuro del río Gobela y sus vecinos es incierto. Los
retrasos en las obras, los desbarajustes del presupuesto, las alertas por
precipitaciones y la oposición de los vecinos son sólo algunos de los retos y problemas
a los que se enfrenta este proyecto, por otra parte, tan polémico como
necesario.
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