Tarjeta negra al mal comportamiento
Hace unos meses recorrió el país una imagen de un niño de seis años
separando a su entrenador de su equipo de futbol del árbitro, cuando ambos se
encontraban discutiendo por un lance del juego. El niño, junto a su padre, transitó
por varias cadenas de televisión o de radio, convirtiéndose su imagen en un
ejemplo de deportividad. Incluso recientemente ganó el Premio del diario Marcaal Fair-Play de 2013. Pero la realidad que nos encontramos es otra bien
diferente.
Gonzalo ALZUETA
Los padres son los principales
fans de sus hijos en los deportes que estos practican. Se encargan de llevarles
hasta los lugares más recónditos, no se pierden ningún partido y son los que
más les animan desde la grada. Pero
muchos no entienden la diferencia entre animar y gritar como un enfurecido.
Semana tras semana se escuchan en los campos gritos y reproches a niños de apenas
10 años, como también se puede apreciar calumnias dirigidas a árbitros y
entrenadores. Desde acordarse de la madre del árbitro, menospreciar a un
compañero del equipo de tu hijo, o quejarse porque tu hijo no juega lo que tú
quisieras. Todo en un lugar donde los niños deberían educarse en base al
deporte.
El deporte es una herramienta
indispensable para aportar las bases necesarias para el desarrollo y el
bienestar de los niños y jóvenes en la sociedad y en el sistema educativo. A
través de la actividad física se inculcan valores de respeto, responsabilidad,
compromiso y dedicación. Por ello, un gran número de padres decide inculcar
desde muy jovencitos a sus hijos en este ámbito, con el fin de que adquieran
estos comportamientos.
Para acabar con ello, la Diputación de Bizkaia, junto a la Federación Vizcaína de Futbol han decidido sacar
adelante un proyecto que tenían en mente desde hace varios años, la tarjeta
negra. Esta tiene el propósito de
amonestar los comportamientos contrarios a la labor educativa-deportiva
tanto de los deportistas, como de público y técnicos. Los colegiados del futbol
escolar, podrán mostrar esta tarjeta cuando observe un comportamiento no
educativo durante el transcurso de un partido.
Pero, ¿qué se considera un
comportamiento anti educativo? Desde la Diputación de Bizkaia, han
proporcionado las bases para hallar estos problemas. “Toda aquella acción que
pueda darse durante la celebración de una competición deportiva en la que
participen escolares, dentro o fuera del terreno de juego, en especial casos de
violencia verbal o física, o actitudes antideportivas” se considerará comportamiento
no educativo, y por tanto el árbitro escolar se verá obligado a castigar a la
persona que lo realice.
La persona encargada de dirigir
la actividad será la que tenga la potestad de mostrar dicha tarjeta. La primera
vez que se muestre, será informativa para las personas que participen
participantes en el encuentro, informando que se están produciendo actitudes no
educativas en la actividad deportiva y que en caso de que estos comportamientos
prosigan, el encargado suspenderá la competición.
La segunda vez que la tarjeta
negra sea mostrada, será para indicar a las y los deportistas que el evento se
da por finalizado. En dicho caso, el encargado deberá reflejar en el acta el porqué
de la suspensión con todo detalle. Después, el Comité de la competición de la
F.V.F será el que imponga la pertinente sanción deportiva.
La aparición de esta tarjeta
busca frenar la escalada de comportamientos incívicos que temporada tras
temporada se pueden ver en los campos de juego protagonizados, especialmente,
por los padres de los deportistas. De esta forma, la Diputación trata de llamar
la atención de esos padres y de concienciarles de que deben animar y ayudar,
pero siempre de una manera constructiva.
La aparición de la tarjeta negra
ya ha provocado las primeras reacciones en el ‘mundillo’ del futbol escolar. Ander Ruiz, árbitro de 19 años de futbol escolar opina que “esta tarjeta era realmente
necesaria, es un modo de controlar a los energúmenos que se acercan a los
campos de futbol a gritar e insultar”. Ander, que asegura que ha llegado a pasar
miedo en algún partido “te insultan, te amenazan… no es plato de buen gusto
para ningún arbitro”, cree que es una gran medida, ya que opina que “estos
comportamientos no son ningún buen ejemplo para los niños de 10,11 o 12 años”.
“Es una medida que mejorara el
ambiente en los campos de juego” opina Pedro Zabaleta, padre de un niño en edad
escolar. “Muchas veces los padres nos pasamos de la raya y olvidamos que
nuestros hijos juegan para divertirse y pasar un buen rato con sus compañeros,
no para ganar o ser los mejores” añade.

La tarjeta se implantará en todas
las competiciones escolares de futbol 11, 7 y sala. Quizás sorprende esta última
modalidad, pero según los últimos estudios realizados es la que más
conflictividad experimenta. Las edades de los niños que participan en el
deporte escolar están comprendidas entre los 6-7 años de los prebenjamines, a
los 13-14 de los infantiles.
En definitiva, la Diputación
Foral de Bizkaia espera que con esta medida se reduzcan o erradiquen los casos
de comportamientos antideportivos en los campos de futbol, donde los niños deben
aprender a respetar a sus compañeros y divertirse. Y los entrenadores, árbitros
y padres deben contribuir a la fomentación
de estos valores.
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